Casa Bonita

A partir de la audición de los movimientos que comprenden la Historia del futuro pasado, Salazar comienza a reteorizar la morfología de sus esculturas, concibiéndolas como la caja de resonancia de una música interior. “Me apasionó la idea de un trabajo conjunto en la cual la música fluía desde nosotros mismos: era la vía para realizar una obra que internamente contenía su propia música y resonaba dentro del cuerpo. Vinculé esa investigación con mi conocimiento acerca del origen de los instrumentos musicales como invención humana para producir sonidos no identificables con los sonidos de la naturaleza, sino con los sonidos interiores del cuerpo humano. La música interior de la piedra me abrió la vía para explorar esa mundo acústico, casi desconocido, y regresar a nuestra naturaleza primigenia de una manera contemplativa. A partir de allí comenzamos a trabajar y me decidí por el Patio porque representa el `corazón de la casa´ , el `centro´.”

El ámbito reconocible es alterado por el gran cristal artificial que surge con violencia del centro, creando una situación en el apacible Patio, ahora marcado permanentemente por un acontecimiento del futuro. Esta gran forma eregida a manera de menhir está conformada por el ritmo helicoidal que la impulsó a surgir, y está regida por la escala de su desarrollo, fiel de la Serie de Fibonacci. Aquí la fusión es perfecta, entre la música densa de Eduardo Marturet y el gran cristal propuesto como un nuevo diapasón de la música que el artista percibe en su interior.

Los muros pintados limitan el Domus Sonoro, donde está reproducido – con gran simulación – un inmenso paredón: allí sobresale el alto perfil del Ávila en verano que sitúa la figuración en un punto geográfico específico. La montaña tutelar está dispuesta en el lugar de las coordenadas de la sala que corresponden a la realidad, enfatizándose por vez primera la situación de la Casa Bonita: en Caracas, en el corazón de Venezuela.

Marcos Salazar narra su experiencia y su relación con el proyecto de una forma muy íntima y casi mística: “La primera vez que Eduardo Marturet visitó mi taller, me encontró puliendo un pequeño cristal de tonos rosa con una talla de granito en su interior. Me observó silenciosamente, durante casi una hora en el cual sólo por cortos instantes intercambiamos algunas impresiones. Cuando terminé, me pidió el cristal y me habló del proyecto, de la integración de la música, de sus ideas… Inmediatamente captó mi atención porque desde siempre me interesó el sonido como propuesta. Eduardo se llevó aquel cristal, lo colocó en una pecera y una semana más tarde me devolvió las primeras composiciones de los que sería nuestra ambientación. Se trataba de una composición de lo que sería nuestra ambientación. Se trataba de una composición que describía musicalmente, de una manera sorprendente fiel y estimulante, lo que para mí representaba el sonido interior de la roca, del cristal. Era la música de las entrañas de la roca. Me impresionó su fuerza y relacioné mi propia investigación, acerca de los sonidos interiores de nuestro propio cuerpo, con aquella extraordinaria música que narraba el sonido interior de la piedra. Esto me abrió nueva posibilidades con respecto a mi trabajo: ya no sólo investigué la escultura en sus aspectos formales utilizando el recurso de la transparencia o de los paisajes que cruzan su volumen, sino que incorporé el punto de vista acústico. Jamás me había planteado una proposición utilizando concientemente la Serie Fibonacci, pero no lo creo indispensable como coincidencia teórica previa de un proyecto como éste, donde lo fundamental es la empatía intuitiva y la resonancia común en la creación.

Las coincidencias y conexiones entre La historia del futuro pasado y mi obra responden a esos aspectos teóricos, matemáticos o formales, sino a la búsqueda de un sonido primordial, místico. Por esa trate de antropomorfizar el cristal, dar características de `ser vivo´ a la roca; por eso también lo más importante es ese canto de orígenes, ese canto de voces rituales que irrumpe de las entrañas del cristal´´…

Artista Plástico: Marcos Salazar
Artista Plástico: Marcos Salazar

LA HISTORIA DEL FUTURO PASADO

8 horas de Técnicas Mixtas
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